martes, 14 de enero de 2014

Hacia el final de las cañadas

La Cañada Real ya tiene su plan, anuncia hoy el diario El País. Y, si bien es cierto que era (es) necesario poner fin al desmán urbanístico que sobre un suelo público se venía desarrollando en Madrid desde mediados del siglo XX, la solución elegida, que supone enajenar el terreno de la cañada ocupado por viviendas e incluso vender el suelo a particulares, lo que hace es abrir la puerta la desaparición de un patrimonio histórico varias veces centenario. Un patrimonio que, por lo demás, hasta ahora era público.

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